jueves, 29 de diciembre de 2016

Reflexionando a final de año






Podría ser el número 33 pero no, es el número 27. El libro 33 Reflexiones que Cristo haría en mi lugar ocupa el puesto número 27 en mi lista de libros leídos este año.
Podría ser el número 33 pero no, es el número 3; es el tercer libro de poesía que leo este año, ya que allá por Enero me metí en la piel de Pedro Ojeda Escudero, allá por Julio puse un Punto y Seguido con Rita Turza y ahora en Diciembre,  para poner un punto y final a este 2016 tal como lo empecé, con poesía, me ha dado por reflexionar leyendo este libro de David G. Lago.  Ahora, finalizada su lectura, a través de estas líneas me lanzo a escribir mi humilde opinión al respecto. Es la primera  reseña (por llamarlo de alguna manera) que escribo, perdonadme si resulta poco constructiva, pero escribir no es lo mío, lo siento. Aunque la intención es lo que cuenta ¿no dicen eso? Ya iré mejorando con el tiempo, como los buenos vinos.
Este libro, publicado bajo el sello editorial Esdrújula  dentro de su colección Diástole, consta de 33 poemas de 33 versos cada uno y curiosamente,  y de ahí el juego con el número 33 que he hecho al principio de este post, su autor lo escribió a la edad de 33 años, la misma edad que tenía Cristo cuando murió.
Con un acertado prólogo del poeta granadino Antonio Praena, Lago nos plasma en este libro sus reflexiones sobre cosas cotidianas y de actualidad, situaciones de su día a día y las compara con algunas de las parábolas más famosas de Cristo,  pero con una sutil ironía.
En uno de los poemas titulado Todos huimos a Egipto hay unos versos que me resultan muy interesantes y que, siguiendo la dinámica del libro y acudiendo a la famosa parábola, el que no haya vivido esta situación, que tire la primera piedra:

Todos hemos huido sin avisar,
hemos sido también inocentes,
inocentes y a la vez culpables.
Todos hemos guardado silencio
en algún humillante interrogatorio
sabiendo que el interrogador
tenía más fechorías que nosotros
por las que callar y agachar la cabeza.

Un libro escrito en tono jovial y desenfadado y que cautiva desde que ves su portada. Una lectura muy recomendable con la que se disfruta, se aprende y sobre todo, se reflexiona.






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